Fotografía de viajes: Fotografiando desconocidos
Siempre que nos vamos de viaje con nuestra cámara de fotos, una de las cosas que nos enfrentamos a la hora de hacer fotografías es a fotografiar a desconocidos. El mejor consejo que puedo darte y el que más puertas abres es pedir permiso. Incluso antes de sacar nuestra cámara de fotos, lo mejor es acercarnos a la gente con una gran sonrisa. Aprende al menos a decir «hola» y «¿Puedo hacer una fotografía?» e intenta que sea en el idioma local; sólo eso demuestra que hemos hecho un pequeño esfuerzo y nos ayudará más de lo que pensamos. Explícales qué es lo que quieres hacer. Si se aborda de una manera abierta y amigable, la mayoría de las personas están de acuerdo. Muchos se sienten halagados de que alguien esté demostrando interés en ellos. En lugares donde hay mucho turismo, puede resultar mucho mas complicado ya que la masificación y la falta de empatía hace que la gente esté cansada de que les tomes fotografías. Sé que estarás pensando que si pides permiso las fotografías dejaran de ser naturales pero mucho más lejos de la realidad porque si les ofreces la confianza suficiente ellos mismos te «regalarán» fotografías más auténticas.
En muchos destinos turísticos, la gente puede pedir dinero si quieres fotografiarlos. Muchos de estos lugares son muy pobres, y la gente aprovecha eso para poder sacarse un dinerito. Esto dependerá mucho de nosotros, por ejemplo si son niños los que piden dinero y nosotros se lo damos, estando dejándoles ver que es mas fácil conseguir dinero de esa forma y puede que dejen de ir a la escuela. Quizás a otras personas si les venga bien esa moneda y les ayudará mucho para comida. Nunca olvidemos nuestros valores como humanos. Cuando viajamos no estamos para cambiar los valores de una sociedad pero si podemos dejar nuestro granito de arena en la construcción de una sociedad mas humana. El dinero que puede no ser muy importante para nosotros, puede representar mucho para ellos.
Por otro lado, hay otros momentos en los que no siempre tienes que pedir permiso, por supuesto. Si estás fotografiando una escena en la calle o un plano general de un mercado, no puedes presentarte ante todos y preguntar si puedes fotografiarles. En general, a la gente no importa este tipo de fotografía; solo cuando se les señala se sienten incómodos. Tenemos que ser sensibles a la escena que tenemos delante e incomodar lo menos posible a quien fotografiamos.
Aprovecha en ambientar los retratos y a las gentes que fotografiamos. Un simple retrato es muy bueno pero si abrimos un poco de encuadre y sacamos un plano mas general, nos contará muchísimas mas cosas de la persona fotografiada. Otra cosa que funciona muy bien y que puede ser muy interesante es pedirles su nombre y hacerle algún tipo de pregunta un poco personal. Esto te ayudará a hacerle sentir cómodo y tu te llevarás una experiencia en cada una de tus fotografías. Verás cómo empezarán a coger sentido tus imágenes. Durante nuestros viajes fotográficos por el mundo intentamos convertirnos en uno de ellos y no ser simples espectadores sin ningún tipo de contacto con ellos.